La aventura de “NatStrat”: su viaje desde Buenos Aires a Salt Spring Island durante la pandemia.


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La historia comenzó el 26 de Mayo de 2020, año donde parece que la Tierra propuso ponerse en pausa, y nosostros los humanos debimos reinventar nuestras existencias, quizás prestando atención a saberes o talentos que no teníamos del todo explotados. Ese día recibo un mensaje de unos conocidos con los que había trabajado el año pasado en Canadá, diciendo más o menos algo así: “Hey there! I was thinking about Nat’s birthday coming up on July 9th (she turns 50!). Could you do a commission – with a focus on orange and blue? $? Gracias![sic]”

“Hey! Estaba pensando en que viene el cumpleaños de Nat el 9 de Julio (ella cumple 50!). Podrías pintar a comisión – enfocándote en usar naranja y azul? Gracias!

Con ese mensaje por whatsapp, comenzaba la historia de “natstrat”
Preparando el bastidor para Natstrat
El bastidor en su etapa de imprimación. Para el lienzo usé una sábana azul.

Desde el principio de la pandemia de coronavirus, yo había estado muy enfocado en producir nueva obra, así es que pintaba a un promedio de un cuadro por día, con materiales y telas que iba reciclando con la ayuda de Andy, mi compañera. El ritmo de trabajo era intenso, impulsado por mi necesidad vital de tener luz solar para poder plasmar las obras, sumado a que los días cada vez se acortaban más y la temperatura bajaba.

Jayson me pidió una obra de un tamaño mediano hacia grande, así que con una vieja sábana que estaba imprimando tenía ya listo casi un bastidor de 1 metro de lado, que venía justo para la ocasión. Me puse a trabajar con los conceptos de poder, femineidad, la energía de una diosa, eso sumado a la paleta cromática solicitada, que consistía en usar un par de complementarios que son muy bellos: naranja / azul. Mi propuesta fue trabajar el estilo de abstracción que habitualmente es mi marca distintiva, donde las figuras pueden ser un incidente en la ideación de la obra. Así fue que la fría tarde del 28 de Mayo, Sol mediante y bastidor en el piso, me dispuse a plasmar la tan esperada obra. Me llevó unas dos horas en total asentar el concepto, que para mi sorpresa, al final insinuaba una silueta femenina en contraforma, nunca buscada conscientemente.

El encanto de la obra fue inmediato en Jayson, así que luego de enviarle un video mostrando los detalles de la pintura, me dispuse a la parte quizás más engorrosa y complicada de la empresa: como iba a enviar un cuadro de un metro por un metro a Canadá, en plena pandemia y con las consiguientes restricciones en casi todas las actividades, incluídas la de circulación.

Natstrat finalizada 🙂

Procedí a desmontar la obra del bastidor, para enviarla enrollada: iba a ser mucho más complicado embalar y preparar un envío de 1 metro cuadrado, eso sin contar que el peso incide notablemente en el costo, y el del bastidor lo incrementaba considerablemente. Conseguí un tubo portaplanos razonablemente grande y procedimos a embalarla cuidadosamente. Ante un primer intento de envío fallido a través del Correo Argentino, Andrea se puso en la tarea de buscar un courier, que me facilitaría todo el proceso: desde el traslado de la obra al correo y todo el periplo de trámites de aduana (que resultó ser nada sencillo).

Natstrat "desenrollado"
La obra desmontada del bastidor, desplegada lista para ser enrollada.

“NatStrat” partió desde Buenos Aires hacia Salt Spring Island, Vancouver, el día 23 de Junio de 2020, y estuvo “detenido” en Aduana Argentina hasta al menos el 17 de Julio, cuando finalmente los funcionarios liberaron su exportación. En su largo viaje visitó unas cuantas aduanas, donde pasó varias inspecciones para finalmente llegar a destino el día 5 de Agosto.

Hoy la obra luce resplandeciente en una pared del hogar de esta joven pareja canadiense de British Columbia. Jayson supo confiarme un encargo de esta envergadura en un contexto mundial desolador, es por eso que quería contar esta pequeña historia, que me dejó una enseñanza fundacional: el arte prevalece por sobre todas las cosas, no importa que tan lejos puedas estar, o cuantas trabas parezcan entorpecer el camino, si estás convencido de lo que te apasiona, hasta el camino más difícil puede hacerse transitable.

NatStrat encontró su lugar en el mundo en Salt Spring Island, BC, Canadá. (Foto de Jayson)